gotera

Cuando se nos dé otra vez por pisar la zona del dique seguramente estaremos mas verdes. El agua que corre desde hace rato nivela nuestra nesecidad de lágrimas ajenas, lágrimas del cielo, goteras del techo de arriba, pero nada era tan placentero como mi techo de chapa en la Dante Alighieri. Nada como una siesta bajo la murga de la lluvia y el repique de las gotas. Aveces parecía que llovía más adentro que afuera o que directamente estábamos conectados al desague de la nube pasajera, pero no importaba, había balde, tarro y olivo quemándose en la hornalla para bajarle el pulgar.
El sábado goteaba La Brújula y volvieron los tarros y los baldes, también goteó Villa Paez pero el techo era de lona, por suerte, lo que no goteaba era la cerveza compartida. La única chapa que me trasladó años atrás fué la cubierta del aire acondicionado del vecino.
Un fin de semana de lluvias, de chapas que se extrañan, de chapar y de pedir perdón a los que viven en el chaperío, ellos seguramente las aborrecen.

2 Comments:

kuñitaa said...

a mi ese sábado en la brújula me traslado a mi casa.., a la vir que se bañaba en la lluvia, como no entender sus ganas de mojarse...como no entender esos pibes
y las chapas... pfff ... las chapas capa para mi son los días de escuela y lluvia... mi escuela humilde tenia esos techos...... también como en la brujula... se infiltraba el agua y había que poner baldes.... y luego para la kuñita chiquita quedaba esperar que pase la lluvia y embarrarse... cosa que acá no he tenido el agrado de hacer.

adio adio... se vemos luego!

pd: deje de joder con incentivar a miguelito que me llame distinto...

capaclandestino said...

De eso se trata Kuñatai el tema del recuerdo. Hay un segundo dónde algo te traslada a volver a vivir, añorar, a ponerse alegre o triste por lo que ha pasado. Hay en la fotografía, según un autor, dos caráteristicas en la imágen:
"el studium" y el "punctum".
El primero es lo que ves al mirar la foto, si te gusta o no, si te quedás un toque más o si te vas a la que sigue. El segundo es el pinchazo que te provoca la imágen en si o algo de ella y te traslada a otra parte, te hace preguntas, te llega más adentro.
Creo que la vida también tiene ese punctum, los momentos lo tienen, el olor de la panadería lo tiene, la lluvia, la bici, los perros, el barro, el pasto mojado, la música...