La pared de la cocina en casa. Si, tal cuál. Una de esas noches en que me quedaba horas con el Feco o el Lucas a charlar y a tomar mates hasta morir, se me piantó el otro mate y pinté SUMO! EL secundario lo hacía a la tarde, podía apoliyar tranquilo en la mañana.
De a poco fueron firmando todos los que iban a casa. Mi vieja no dijo nada. Cuando lo vió ya estaba hecho. Quelevachache. Y ahi pasó gente que ahora cuando me los cruzo no me conocen. Gracias a Dios! Si es que existe.
1 Comment:
uh....
gracias a...dios? siempre me acuerdo de esa pared...
"pocos son los que la ven seguido..."
serà por una cuestion de codigos...,honor?
o solo una cuestion de actitud!?
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