Gris, el cielo de tus ojos...

Los días grises que van llegando con el frío. Me encanta el invierno, y encima ahora que puse esa especie de cama contra la ventana, echarse va a ser muy placentero.
De chico tuve un fuckin laburo de cadete en una farmacia. Laburaba porque era un demente de laburar ya que nadie me obligaba. Odiaba que el patrón me mandára diez minutos antes de salir, casi de noche, hasta la otra punta de la ciudad. Entónces salía con mi bici al medio del invierno.
Un día por ir por la vereda, parado en los pedales, duro por el frío, me llevé puestas unas ramas. No sentí nada pero me dejé una raya en la frente que parecía hecha con una fibra jajaja! Ahora pienso en lo que se habrán reído en el Nacional cuando me veían así. Scarface, capita scarface.
Si, amo el invierno. Creo que el único día que lo sufrí a morir, fué con Lucas el día que viajamos a San Carlos a dedo a ver Los piojos. Sólo teníamos para la entrada y Lucas para una petaca de whisky. Nos quedámos en la calle, al lado de un tarro de alquitrán que señalaba con fuego un arreglo callejero. Y en frente, en el salón del cálido hotel, Los piojos miraban un partido de futbol.
Después show, salir, caminar en la oscuridad de la ruta treinta kilómetros hasta el peaje de Santo Tomé, mucho frío y el bondi piojero que pasó al palazo al lado nuestro! Fuck you!
Al mediodía, el 404 de mi abuelo y un sanwiche de milanesa en casa.
Me retiro de esta entrada con una frase de "caballeros de la quema":

NO VA A ESTAR FÁCIL, TANTO INVIERNO SIN CARICIAS!

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