El momento de bajar. Después de un rato de vértigo musical, reposar y respirar.
Las estrellas antes del llamado. Los árboles que nunca duermen. Las palabras a lo lejos. Este patio, este pasto, me trasladan y me tranquilizan.
Observar cada rincón. No hay espacio que no haya robado algo de mí. Espero que el futuro y su cambio de cara no borre mis huellas. Como la gente que siempre vive en mí, ausentes y presentes, así espero quedar en este pedazo de tierra. Siempre entregarlo todo, sentir para poder vivir. Escondo en la gente que quiero lo mejor que puedo dar; es el refugio de mis buenos refusilos.
(fotos para probar sonido)
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